Baraka es una producción cinematográfica que nos
transmite cómo es la relación del hombre con la naturaleza y como se
desenvuelve la arquitectura en este proceso. Las películas usualmente recurren
al diálogo para desarrollar un trama y una historia, Baraka no. El director
utiliza la serie de imágenes en combinación con música completamente
instrumental junto a la toma cinematográfica para crear no solo una historia
sino que también para transmitir un mensaje; como el hombre a medida que
evoluciona va transformándose en un ser destructivo. Todos estos elementos se
unen para crear una producción no solo para entretener sino que también para
educar.
La película tiene su
inicio en las frías montañas de Alaska; aquí podemos apreciar como es la
naturaleza sin alteración alguna por el hombre. Luego pasamos a lo que representa
el inicio humano según la ciencia, el mono. A medida que el ser humano se
desarrolla a través de la historia, éste crea espacios con una estrecha
relación a sus necesidades sin tomar en cuenta el ambiente que lo rodea. En la
película se pueden apreciar varias imágenes de la destrucción del medio ambiente
por causa del hombre, como por ejemplo lo son las intensas llamas de fuego
símbolo de destrucción al igual que el resultado de la industrialización. A
medida que el hombre evoluciona de un ser simple y poco sofisticado a uno consiente de su entorno y de como
manipularlo a su conveniencia, la sensibilidad por la naturaleza y no solo esta
sino que también por nosotros mismos se pierde poco a poco.
Baraka muestra el resultado de la insensibilidad y la
industrialización traída por el hombre. En las escenas que muestran cómo es una
ciudad “moderna” también muestran el sentido de apatía que tiene el hombre con
no tan solo las personas que están a su alrededor sino con su entorno como un
todo. De seguir por el camino que vamos y con nuestra naturaleza autodestructiva el hombre como especie no va a estar presente
por mucho más tiempo. Esto también se muestra en la película en la escena en la
que sale un desierto desolado con un sin número de vehículos vacíos a la
intemperie. Sin embargo también nos muestra que para poder detener esta
conducta debemos volver a nuestras raíces como especie y ser más sensibles no
tan solo con la naturaleza sino también con todo lo que nos rodea.
El hombre puede progresar sin llevarse a su paso todo
lo que encuentra; la clave esta en poder pensar no solo en el presente sino que
preocuparse por el futuro. Hay maneras de diseñar y construir tomando en cuenta
nuestros alrededores, y con el menor impacto ambiental posible. Solo hace falta
ganar un poco de sensibilidad y tomar decisiones teniendo en cuenta no solo
como esto afecta mi presente sino como marcará mi futuro
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