Un espacio puede ser definido mediante un conglomerado de curvas y
formas particulares o simplemente utilizando líneas únicamente ortogonales. El
espacio creado por este primero es uno absolutamente creativo atiborrado de
diversas formas ya sean abstractas o tomadas de la naturaleza. El creado por
este segundo método es uno completamente monótono, es la obra arquitectónica
llevada a su más mínima expresión en términos de simpleza. Sin embargo, aunque
siendo indiscutiblemente opuestos estos dos estilos arquitectónicos, ambos
pueden llegar a ser grandes obras dignas de admiración y respeto.
Cuando se habla de
obras arquitectónicas en las cuales el protagonista es la naturaleza o
cualquier otra forma abstracta en la mente del artista, puede que no halla
arquitecto más grande que Antoni Gaudí. Este tomaba su inspiración de formas,
objetos, y movimientos encontrados en la naturaleza y los retrataba en sus
obras arquitectónicas; además utilizaba el método de construcción implícito con
la ornamentación haciendo su obra arquitectónica única en el mundo. Un
excelente ejemplo de esto es la iglesia Sagrada Familia. Sus columnas están
hechas de manera que parezcan troncos y el techo está repleto de esculturas con
forma de hojas las cuales dan el sentimiento a las personas de estar en un
bosque. Es la unión del proceso de construcción con la ornamentación lo que
hace que la obra arquitectónica de Gaudí sea extraordinariamente creativa y una
obra maestra por su diseño y complejidad.
Por el contrario, el
arquitecto Mies van der Rohe realiza arquitectura monocromática, sus obras son
la personificación de simpleza. Los mejores ejemplos de estos son la casa Fansworth
localizada en las afueras de Chicago, el edificio Seagram, en el corazón de la
ciudad, y el pabellón de Alemania en Barcelona, España. Cada una de estas
edificaciones tienen la característica de ser lo más lacónicos y escuetos
posibles, utilizando materiales modernos como el acero industrial y definiendo
el espacio con un sentido de flujo y continuidad; para lograr definir lo que
será la arquitectura moderna. A pesar de la monotonía la cual caracterizaba a
Mies, la misma iba de acuerdo con su objetivo, lograr diseñar arquitectura la
cual pudiera ser construida en cualquier parte del planeta, y observando su
trabajo de este punto se puede llegar a ver su obra como una digna de admiración.
Tanto Mies como Gaudí,
aun siendo polos opuestos en términos arquitectónicos, han realizado obras
dignas de reconocimiento. Gaudí es reconocido por ser enormemente creativo y
dar rienda suelta a su imaginación para lograr crear obras maestras inimitables
de la arquitectura. Mies es recordado por su simplicidad, caracterizada por una
monotonía en sus obras la cual tiene como objetivo crear una arquitectura capaz
de ser construida en cualquier lugar de la Tierra. Ambos arquitectos aunque
diferentes son grandes maestros de su arte, uno siendo absolutamente creativo,
el otro, completamente monótono.